sábado, 13 de julio de 2019

Estrella fugaz



Iba hablando por su teléfono móvil, no era guapa, tampoco debe importar nada, de cualquier forma, lo compensaba con una sonrisa muy elegante, la quietud de sus ojos esbozaba una mirada que a quien la percibía le trasportaba a la tranquilidad, al sentimiento amigo, al sosiego, al placer sin saber cuál, daba la sensación de que cualquiera podía ver con sus ojos y tener la misma quietud en la mirada.
La voz, la palabra, era tan suave como el silencio, se notaba que acariciaba el aire, se deslizaba por las partículas de lo etéreo, el mensaje no importaba, compaginaba lo pasajero con lo eterno, el sí con el no…susurraba.
El tiempo va pasando, mi tiempo también, tengo la tentación de retrasar el reloj pero ¿a qué hora y de qué día? pienso que lo mismo en la elección que haga ella no habla, o yo no estoy allí, lo mismo me trasporto a otro sueño y no, no quiero salir de este, decido seguir en compañía del paso del tiempo, la fortuna no suele llegar dos veces.
Observo cómo se acerca, se pone a mi lado, sigue su conversación, aumenta el encanto de lo sencillo, un gesto suyo llega a ser un pasillo a la ensoñación, no, no es guapa, es mujer, femenina, mujer.
El tren sigue recorriendo sus venas, como siempre, va y viene, se cruza con otros trenes, la oscuridad le guía, le dice qué vía debe seguir, mientras tanto, mi atención se ha perdido, dónde está el camino, dónde mi norte hasta ese momento, hay gente, mucha gente, bullicio, mucho bullicio y hasta una chica despampanante, pero ¿qué fue de mi sueño ambulante, postulante de atención, casi de devoción? Se abren las puertas, giro la cabeza, veo su figura, es como el contorno de la ilusión...yo también sentencio que "los sueños, sueños son" y nunca dejarán de serlo mientras exista quien pueda mecerlos.

Iba en mis adentros
estaba quieto
el mundo no
él escribía versos
dibujaba una silueta
de mujer con alma serena,
escribía un poema
yo, como un borrón,
figuraba en la escena
pedí perdón, me fui,
miré para atrás,
como la mujer de Lot,
siendo ya de sal
no me arrepentí
de haber mirado
de haber escuchado
a una mujer nada guapa
pero con un encanto personal

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