martes, 16 de julio de 2019

Momentos


Un día se puso a dejar correr la vista por su entorno, sentado en el comedor de su casa, relajado, miraba los cuadros, el reloj de pared que estaba parado, un adorno de otro país, unos trofeos en la estantería, una foto familiar...momentos.
El reloj no funcionaba hacía tiempo, no lo activaba a intención, marcaba las doce, las dos agujas ahí, superpuestas, ¿mediodía o medianoche? ¿o el valor era el número doce?...momentos.
El piso era antiguo pero bien cuidado, era como ambivalente, pues lo mismo reflejaban el paso del tiempo que una cierta actualidad, convivían lo antiguo con lo moderno, dentro de ello estaba su perro, de cualquier edad, tranquilo, siempre a su lado, tumbado como corresponde a este tipo de animal, la mirada típica también, como si estuviese viajando en el tiempo, reflexiva, se diría que esperando un movimiento, una instrucción, así cada cierto tiempo, giraba el cuello para observar a su amo mientras daba un lengüetazo y volvía a su postura anterior, él también, de vez en cuando, bajaba la vista discretamente y se fijaba en el perro, inmóvil cual estatua posada en el suelo....momentos.
En las ventanas había algún tiesto, las plantas eran geranios, los regaba a diario, echaba poco agua pero aún así era más que el empeño en hacerlo, parecía que había sido una herencia no un deseo, alguna vez pensaba en sustituir al menos las plantas, no quitar los tiestos, pues hacían de pantalla para evitar la mirada de alguien indiscreto, pero, para qué cambiar, se decía, si con ello solucionase algo lo haría, pero sabía que no iba a avanzar nada....momentos.
De fondo sonaba música de la catalogada como Clásica, aunque en otras ocasiones también oía a algún clásico del Blues, del Rock o algunas Baladas, casi siempre en idiomas que no entendía, pero decía que le bastaba en ocasiones la melodía, en ocasiones el tono de voz, en ocasiones el simple golpeteo rítmico de la batería. Estaba escuchando la cuarta sinfonía de Mahler, no era su compositor preferido pero quería oír la voz de la soprano, entre los compositores que más solía escuchar estaba Hydn, sus sinfonías, para él, eran el camino más directo para conectar con este tipo de música, aunque también escuchaba con frecuencia La Sinfonía Fantástica de Hector Berlioz, compositor francés, pero ahora no quería oírla....momentos.
Tenía un libro en las manos, lo leía casi con más devoción que atención, era una novela actual de un autor famoso, uno de esos libros prestados que hacen el camino de ida pero no el de vuelta, suelen quedarse trasnochados junto con otros propios que, o bien no fueron leídos o bien no fueron de una lectura con el mayor agrado. El tema del libro le resultaba interesante, con resonancias personales...momentos.
El aire de la habitación estaba impregnado del olor de un ambientador, en otro tiempo de olor a tabaco, quedaba un cenicero que desde hace tiempo no cumplía esta función, ya no hospedaba colillas en ocasiones de tabaco rubio y en otras de tabaco negro, en días festivos de algún puro....momentos.
Pasadas unas horas se levantó, estando parado, de pie, fue girando la cabeza, recorriendo ese abanico de momentos que eran parte de su historia personal, de esos recuerdos que, lo mismo añoraba como que los dejaría ir de la mano del viento.

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